Diciembre 2018 y avance de enero – La claudicación y el primer suelo de mercado

Diciembre fue el mes de la claudicación. El sentimiento bajista fue más fuerte que el análisis racional de los datos y los índices cerraron con una caída mensual no vista desde la crisis de 2008-2009. El S&P 500 cayó un -9,18%, Nasdaq 100 -8,91% y Eurostoxx -5,41% (una bajada menor en Europa este mes por la mayor caída que acumulaba hasta la fecha, -14,44% en 2018). En este desplome vimos un comportamiento de nuestras acciones en línea con los índices. En Sigma Real Return y Sigma Prudent Growth redujimos la caída a -4,42% y -4,99%, respectivamente, a pesar de nuestra sobre-exposición al mercado americano por el buen comportamiento de las coberturas en cartera (cortos de futuros en S&P 500 y Eurostoxx 50, largo JPY vs USD). En Sigma Quality Stocks el mes cerró en -10,01%, ligeramente peor que los índices por el mayor castigo que sufrieron las acciones de tecnología, contagiadas por la disputa de aranceles y los malos datos de Apple (compañía que no teníamos en cartera).

«La caída de diciembre fue más profunda de lo razonable por el cierre de posiciones de grandes fondos y claudicación de una buena parte de la comunidad inversora»

La caída de diciembre fue más profunda de lo razonable por el cierre de posiciones de grandes fondos y claudicación de una buena parte de la comunidad inversora (mala decisión a nuestro juicio). Como en crisis anteriores (2015-2016, 2011-2012, 2008-2009,…) la claudicación e irracionalidad de precios suele anteceder a la formación de un suelo de mercado cuya consolidación tarda un tiempo muy variable en confirmarse (pueden pasar desde días a meses desde que se forma un suelo hasta que se confirma el cambio de tendencia).

«La claudicación e irracionalidad de precios suele anteceder a la formación de un suelo de mercado»

La puntilla final para que muchos inversores decidieran claudicar fue la pelea que mantuvieron Trump y Powell con respecto a lo que debía o no debía hacer la FED. La presión pública de Trump para que la FED no subiera tipos y congelara su reducción progresiva de balance colocó a Powell en una situación en la que tenía que elegir entre lo malo y lo peor: o mantenía su independencia y lanzaba un mensaje de confianza en la economía americana, o cancelaba la anunciada subida de tipos y lanzaba un mensaje de duda alimentando los temores de recesión. Powell optó por el mal menor y el mercado cayó hasta tocar fondo el 24 de diciembre.

En realidad las noticias no iban siendo tan malas como interpretaba el mercado y se iba cumpliendo lo que anunciamos en el comentario de noviembre. EEUU y China acercaban posiciones y la FED hacía hincapié en que sería flexible de cara a futuras subidas de tipos de interés. Por otro lado, las conversaciones sobre el Brexit no es que avanzaran bien pero parecía disiparse el temor a un Brexit duro (contemplaban darse más plazo), e Italia relajaba la tensión con la UE. Las realidades de la economía mejoraban y a pesar de eso el mercado se hundía más. Ese desconcierto es lo que provocó el caos en los días de menor liquidez de mercado.

En nuestro caso, y a pesar del sentimiento tan bajista de mercado, decidimos no vender ni incrementar coberturas. En momentos así los precios que indican los mercados pueden estar muy alejados de lo razonable y el riesgo de rebote aumentaba, como finalmente se ha empezado a producir en enero.

«En momentos así los precios que indican los mercados pueden estar muy alejados de lo razonable y el riesgo de rebote aumentaba»

Desde el mínimo de 24 de diciembre estuvimos muy atentos al rebote y a posibles intentos de formación de doble suelo (muy común en las fases correctivas). El día 3 de enero cerramos la posición larga JPY con un beneficio importante, incrementando a su vez la posición corta USD vs EUR para mantener una posición en divisa neutral en Sigma Real Return. Esto está permitiendo coger el rebote sin el lastre del debilitamiento del USD. Mantenemos nuestra posición corta en bund alemán, cuya rentabilidad seguimos considerando exageradamente baja.

Incrementamos coberturas en septiembre hasta el 65% de la cartera, gradualmente hemos ido bajando la cobertura hasta el 50% actual, y hemos vendido las posiciones largas en bono americano y Yen japonés con las que iniciamos la crisis. Y lo más importante, no hemos sentido la tentación de vender ninguna de las posiciones en cartera por su alta calidad, robustez de balance y buenas previsiones de crecimiento. En último término serán estas posiciones las principales responsables de la rentabilidad que obtengan nuestros inversores en el largo plazo.

De cara a 2019 seguiremos gestionando tácticamente la cobertura para reducir la volatilidad de la cartera y continuar realizando beneficios sobre los activos que alcancen valoraciones excesivas.