Febrero 2022 – La invasión de Ucrania tumba 30 años de globalización y progreso

SFRR cierra el mes en -5,91% (-16,13% YTD), SFPG –5,87% (-20,58% YTD) y SFQS -7,79% (-14,25% YTD), mientras que el MSCI World termina en -2,53% en EUR, (-6,36% YTD en EUR).

El 24 de febrero será una fecha señalada en la historia por las repercusiones que tendrá en las relaciones internacionales de la próxima década. Vladimir Putin decide invadir Ucrania para evitar que se una a la OTAN y tomar control del territorio. Con ello dilapida los esfuerzos de integración de la economía rusa en el mundo occidental que él mismo fomentó en sus primeras 2 legislaturas. Ucrania ya inició su solicitud de inclusión en la OTAN en 2008. Es un proceso lento del que aún quedaban etapas como la celebración de un referéndum que validará su candidatura. Desde la desintegración de la URSS en el 91, los lazos comerciales entre las antiguas repúblicas soviéticas y occidente habían ido en aumento, llegando hasta el punto de considerar el camino como irreversible. La ruptura de puentes con occidente afectará gravemente a la economía rusa y de forma importante a la europea, que podría acabar entrando en recesión de prologarse mucho la guerra. La economía americana también tiene retos importantes que afrontar, como el control de la inflación, agravada por el shock de precios en commodities, pero tiene muchos más recursos para mantener el rumbo de su economía y será mucho más resistente a la turbulencia. EE.UU es un país que tiene petróleo y materias primas del sector agroalimentario por lo que su dependencia con el exterior es menor. Un shock en petróleo provocó recesiones en el pasado y podría llegar a hacerlo en la actualidad pero es un mercado que pueden intervenir desde la OPEP. Está por ver si el fuerte crecimiento americano y la menor incidencia del coste de commodities en su PIB con respecto a épocas pasadas puede hacer que la crisis se quede en una ralentización del crecimiento o si finalmente entra en recesión. La FED tiene una situación compleja que gestionar. Este conflicto llega sin mucho margen para estimular la economía ya que está iniciando precisamente el camino contrario. Dado que tradicionalmente la prioridad de la FED es el crecimiento y el empleo, es de esperar que muestre cierta sensibilidad al conflicto si el crecimiento se ve seriamente comprometido, pero no renunciará a su objetivo de control de inflación por lo que la subida de tipos de interés se iniciará. En cualquier caso, lo que parece evidente es que la situación americana es mucho mejor que la europea de cara al futuro próximo.

Desde la invasión, hemos ido reforzando los pilares en los que se basan nuestras estrategias:

  1. Más concentración en USA tanto a nivel de fondos como carteras diversificadas
  2. Más cobertura en los fondos Sigma Real Return y Prudent Growth
  3. Más concentración en USD y cortos en Eurostoxx 50, que iremos reduciendo gradualmente
  4. Mayores niveles de caja en fondos y carteras (hasta el 25% en Real Return, 10% en Prudent Growth y 8% en Quality Stocks a cierre de 4 de marzo), y liquidez adicional en carteras según perfil y posicionamiento de cada inversor

Los eventos geopolíticos y, en concreto, los bélicos, son difíciles de gestionar. La incertidumbre aumenta y se pueden suceder rebotes y caídas violentas. Para reducir el impacto en carteras y fondos hemos adoptado una posición más defensiva, que iremos revirtiendo a medida que se vaya disipando la incertidumbre. No hemos tratado de tomar una posición direccional con respecto a la guerra a través de petróleo, oro o demás activos, que podrían haber beneficiado, teniendo en cuenta su alta volatilidad y las pérdidas que producen en cuanto se soluciona el conflicto. En su lugar hemos aumentado cobertura de índices que también restarán en un rebote, pero que están más correlacionados con las acciones que tenemos en cartera. Nuestras acciones tienen un enorme potencial de subida desde estos niveles y representan más una oportunidad de compra que de venta. Algunos sectores han caído tanto como en el Covid por rotación hacia energía y financieras y estos movimientos suelen revertir. Nuestra correlación con el mercado se reducirá durante marzo, pero reanudaremos una posición más direccional en cuanto se den las condiciones adecuadas.

El aspecto más preocupante de la actual crisis geopolítica ha sido la falta de unidad en la OPEP, que desestimó la demanda de EEUU de incrementar la producción de crudo y la permisividad de China e India hacia Rusia. Tanto Arabia Saudí como China tienen cuentas pendientes con EEUU. La OPEP por los agravios de la administración de Trump cuando el petróleo cayó por debajo de 20 dólares y el futuro a –40 en abril de 2020. No se pusieron de acuerdo en un recorte de producción en gran medida por las ventajas que veía Trump para sus consumidores y el perjuicio que suponía para Rusia. China, por su parte, tiene muy recientes las sanciones y limitaciones que imponían desde EEUU como parte de sus medidas proteccionistas. Trump inició un peligroso proceso anti-globalización (incluso propuso salirse de la OTAN) que ahora da coletazos y dificulta el apoyo de los agraviados. Lo único bueno a futuro de la invasión de Rusia es que unirá más al mundo occidental, fragmentado en épocas de bonanza, y que quizá anime a continuar con la globalización si China y la OPEP tienen suficiente cabeza fría como para velar por los intereses de sus propias economías y colaboran en la reconstrucción de la economía global. A corto plazo, China e India parece que sacarán partido del colapso ruso, comprando su petróleo, gas y reservas de oro a descuento. Sin embargo, el beneficio que obtendrían normalizando las relaciones comerciales con occidente sería bastante mayor. Esperemos que impere la razón.